Albóndigas de mijo
Las albóndigas de mijo son una opción deliciosa y nutritiva para aquellos que buscan incorporar más cereales integrales en su dieta. Este plato versátil, elaborado a base de mijo, una fuente excelente de proteínas y minerales, combina perfectamente con una variedad de sabores y salsas. Con una textura suave y un sabor sutilmente a nuez, estas albóndigas pueden ser el protagonista de una comida equilibrada o un acompañamiento perfecto para tus platos favoritos. Perfectas tanto para veganos como para quienes desean reducir su consumo de carne, las albóndigas de mijo se preparan fácilmente y son ideales para cualquier ocasión. ¡Atrévete a probar esta alternativa saludable y sorprende a tu familia y amigos con un toque innovador en la cocina!
Dificultad baja. Nutrientes por cada 100 g.
Kilocalorías
179.25
Lípidos
6.24 g
2.83 g AGM
Hidratos de carbono
23.63 g
Proteínas
6.8 g
Albóndigas de mijo
Ingredientes
- 185 g mijo
- 150 g zanahorias 2 uds medianas
- 1 bloque tofu
- 1 puñado perejil fresco
- 2 cda AOVE
- 2 cdta comino
- 1½ cdta pimienta
- 1 cdta ajo en polvo
- 1 pizca sal
Elaboración paso a paso
- Preparamos el mijo, para ello lo lavamos varias veces hasta que el agua salga limpia.
- Poner en un cazo el mijo y agua como tres partes por una de mijo. Añadir la sal y el comino. Calentar a fuego bajo y con tapadera hasta que el mijo esté blando, puede ser sobre quince minutos, dependiendo del calor. Dejar reposar.
- Lavar y pelar la zanahoria, rallarla.
- En una sartén poner dos cucharadas de aceite, añadir la zanahoria y rehogar.
- Lavar , escurrir bien y picar el perejil.
- Desmenuzar el tofu, añadir el mijo, la zanahoria y el resto de ingredientes. Mezclar bien. Salpimentar y dejar reposar.
- Hacer bolas con las manos para preparar las albóndigas.
Notas
Piedad Caballero
Piedad Caballero
Para el que no me conoce, me llamo Piedad Caballero, actualmente soy ama de casa y por mi naturaleza inquieta y emprendedora estoy colaborando con algunas páginas de alimentos ecológicos.
Mi forma de ser ha hecho que desde pequeña me gustase aprender y ayudar en todo lo que he podido, así que donde metía la nariz acababa siendo, al menos, competente.